Camilo tenía la letra cursiva más hermosa que había visto jamás.
CategoryAutoficción
Ojalá no te mueras nunca
Hay días en los que uno despierta con la nostalgia hasta en el pelo.
La fórmula del miedo
Colgué el teléfono y reventé en llanto. La escena es fácil de imaginar: estoy tirada en la cama de mi mamá boca abajo sobre la almohada, esperando que absorba las lágrimas que se derraman mientras le respondo a quien está tras la línea: bien, todos estamos bien, ya queremos tenerte aquí de nuevo.
Adiós gotas, adiós
Siempre puedo convencerme más de que hay que visitar los lugares comunes para asegurar que sí, son comunes. Entonces, cuando me pidió que camináramos bajo la lluvia, que me acompañaría camino a casa, el único condicionante que puse fue un simple beso. Y se negó.
Matrimonio morganático
Ese jueguito para tres duró un poco más de cincuenta años antes que uno de los dos decidiera marcharse, en ese caso y en cualquier otro siempre el más frágil y vulnerable, el que se quiebra primero aunque siempre se hace el macho, es el que abre la puerta y se va.